La convivencia en la naturaleza nos brinda infinitas posibilidades. Nos guía a tomar conciencia del paso del tiempo, los procesos cíclicos, los ritmos lentos, las estructuras, el silencio, los sonidos, la muerte, el nacimiento y un largo etcétera de experiencias de vida. Conecta a los niños con sus necesidades más íntimas, ofreciéndoles la acertada enseñanza de regularlas cuando las están sintiendo en el cuerpo.
Sintiendo el clima, observando las estaciones, conociendo las fases lunares, recogiendo los frutos de temporada, tocando los elementos de la tierra, oliendo las plantas, escuchando pájaros cantar… Aprendemos continuamente cómo funciona el mundo desde la experiencia directa, somos conscientes de otras formas de vida y de los diferentes procesos vitales, entendemos que somos parte de este ciclo natural, que pertenecemos a un sistema mayor que hay que cuidar y proteger. Con la iniciativa que caracteriza a los niños y a través de la experiencia real, aprenden a aprender, a auto satisfacerse y a cultivar la ilusión para descubrir el mundo que les rodea.
En los últimos años, los beneficios de acercar la infancia a la naturaleza han sido documentados en numerosas investigaciones científicas, haciendo referencia a:
- Creatividad y cooperación a través del juego
- Mejora de la capacidad cognitiva, observación, concentración y atención
- Mejora del rendimiento académico y la autodisciplina
- Favorece el razonamiento, el espíritu crítico, la toma de decisiones y la resolución de conflictos
- Favorece el movimiento, el desarrollo psicomotor y la conciencia corporal
- Beneficios en el sistema inmunológico
- Desarrollo de habilidades sociales y comunicativas
- Crecimiento en armonía, lejos de contaminación acústica y entornos sobreestimulantes
¿Y qué pasa si hace mal tiempo?
En el espacio de referencia disponemos de dos estructuras de porche cubiertas, espacios interiores diseñados para que puedan crearse diversos ambientes, siempre respetando las directrices del proyecto. En las instalaciones de la Fundació S’HORT VELL también existe infraestructura a cubierto, disponible para usos múltiples. Las tormentas son excepcionales en nuestra isla y la meteorología peligrosa no es frecuente. Sin embargo, estamos siempre atentas a las previsiones y podemos ofrecer alternativas en caso de necesidad.
No hay que olvidar que «no existe el mal tiempo, sino la ropa inadecuada». Es decir, es necesario un buen equipo y estar en movimiento. Ropa adecuada no significa ropa especial, simplemente ropa cómoda y adaptada a la climatología y siempre «a mano». Las capas son prácticas, puesto que el niño puede ir regulando, según su termostato, si quitarse o ponerse ropa.