En Nexes permitimos y aceptamos todos los sentimientos y emociones infantiles, tanto agradables como desagradables; entonces, también los acompañamos. Su función es comunicar algo que necesita ser atendido. La expresión de estas emociones, a menudo en forma de carcajada, llanto, grito, pataleta, etc., en un entorno seguro y acompañado por adultas presentes y preparadas, es imprescindible para el desarrollo pleno del niño; lo necesita para que estas emociones sean transitadas de forma sana.
La presencia de las personas adultas que acompañan los procesos de aprendizaje de los niños es una pieza clave. Confiando en las potencialidades de los niños y con una mirada atenta y amorosa, lejos de tratar de evitar, distraer u ocultar la emocionalidad de los niños; le dan un sitio, la validan, permiten su expresión en un entorno de seguridad, ponen palabras a lo que está sucediendo y prestan especial atención a las reacciones corporales.
Desde ese acompañamiento se crean vínculos seguros. Éstos dan a los niños la confianza necesaria para investigar el entorno que les rodea y sentar las bases de su desarrollo.
Para que todo esto mencionado anteriormente pueda desarrollarse en armonía, trabajamos con ratios pequeños, de máximo 8 niños por acompañante.